Hormigón arquitectónico

Basílica Sagrada Familia

Barcelona, España 1884

La excepcionalidad de este gran proyecto ha generado un proceso único dónde la innovación y la experimentación han llevado hasta soluciones estructurales y constructivas.

Desde principios de la década de 1980 hasta la actualidad, la Junta Constructora del Templo ha colaborado con diversas universidades en la investigación de documentos originales del Templo y el desarrollo de nuevas tecnologías. Mark Burry, arquitecto neozelandés, que se unió al equipo de trabajo en 1979, incorporó la modelización paramètrica de modelos y desarrolló la lógica geométrica del conjunto, partiendo de la documentación que sobrevivió a la destrucción ocasionada por la Guerra Civil.
Esta innovación tecnológica crucial también puede explicarse desde el punto de vista de los materiales y las técnicas de moldeado de hormigón, sector en el que Escofet ha sido punta de lanza, que han posibilitado completar las obras del Templo de la Sagrada Familia, donde piedra y hormigón conviven armoniosamente.
La relación de Escofet con la construcción de la Sagrada Familia comenzó cuando Escofet se había iniciado en el desarrollo de moldes de fibra de poliéster para resolver geometrías complejas. Así pues, en 1996, cuando la Junta plantea la prefabricación con la tecnología que permita mimetitzar el uso de la piedra natural y hacer realidad un nuevo calendario de la construcción del Templo, Escofet inicia su colaboración pudiendo testimoniar que es a partir de la cota de 17 metros de altura del edificio, donde se encuentran todas las piezas desarrolladas por la compañía.

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Al objeto de simular la piedra de Montjuïc, se trabaja básicamente con una formulación de cemento blanco o cemento gris que mezcla arenas rojas y marrones, e incorpora áridos de mármol calcáreo de color beis y silicio. Los acabados decapados o los arenados aplicados sobre las piezas labradas ‘in situ’ aportan la apariencia deseada una vez que estas técnicas se fusionan. Recientemente se han incorporado los hormigones UHPC autocompactantes en la prefabricación de elementos tan icónicos como los revestimientos interiores de la “Torre de la Mare de Déu” y la “Torre de Jesucrist”, que incorporan piezas de cerámica esmaltades ancladas a los módulos prefabricados de piedra postensada.
En la actualidad se han desarrollado las alas de las figuras del tetramorfo que culminan las cuatro Torres de los Evangelistas, elementos de más de 9 metros de altura y 15 toneladas de peso, moldeadas en hormigón blanco pulido.
En este sentido, podemos decir que la excepcionalidad del proyecto de la Sagrada Familia es, en esencia, un proyecto de I+D continuo para todas las industrias vinculadas, que incorpora una tecnología desarrollada ad hoc para generar formas y volúmenes, dónde la complejidad geométrica y estructural piden la más alta precisión en su construcción, ajena a las posibilidades de la construcción tradicional.

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